jueves, 18 de agosto de 2016

Cuatro personas habían en esa casa.
Cada una con una diferente faceta.

Cada una hacía algo distinto; una le reclamaba al espejo, le decía cosas sobre las personas y todos sus defectos.
La otra miraba por la ventana hablándole al viento, este se ondulaba a sus palabras sobre lo bonito que eran las cosas cuando querían.
La tercera miraba las flores de su alrededor, contándoles de su vida y de paso, aludiéndolas, les decía lo afortunadas que eran al no ser humanos.
La última, con los ojos cerrados, mencionaba anécdotas al pasto de cemento, cada situación que se le escapaba de su boca sólo las podía entender ella, las decía de tal forma que cualquiera pensaría que eran incoherencias.

Convivían casi sin notar la presencia de la otra, ya no se hablaban, era cosa del pasado, casi se habían olvidado de cómo hacerlo. 

Era tan complicado que esos cuatro seres estuvieran encerrados juntos, habían días en que el ambiente explotaría en cualquier momento, era mutilante, poderoso, menudas crisis que se pasaban en aquellas épocas... En cambio, habían otros en que la tranquilidad era la soberana, claro que, paralelamente, estos seres estaba sumergidos en su mundo, turnándose, entre ellas, quien salía a la luz.

sábado, 13 de agosto de 2016

Mirar los ojos de personas quizás desconocidas 
imaginarse historias que quizás pasaron
crear cosas que quizás en un universo paralelo ocurrirán.

Inadaptada existencia


Hay veces que siento que de verdad ésta no es mi era.

Me he sentido tan pero tan fuera de lugar al estar al rededor de gente que ni siquiera expresa algo por estar pegado en su celular.
Cuánto me deprime darme cuenta de estas cosas, digo, siempre me he sentido inconforme con la actualidad, nunca me he sentido parte de ella, pero el aceptar que quizás se perderán costumbres como salir a hablar a un parque y disfrutarlo, conquistar a alguien con tu inteligencia y no con tu aspecto, discutir por cosas importantes y no por un "visto", es simplemente deprimente.
Y me asusta.

viernes, 12 de agosto de 2016

Infinito mar


Cuánto amo sumergirme en mi propio mundo 

Me abre tantas puertas,
Mi imaginación florece como lo hacen las flores en primavera.
Mi mente navega, es un barco sin fecha de llegada, donde el capitan decidió perderse en la belleza de un mar infinito.

Es algo peligrosamente hermoso, 
Hermoso y tentador

Sumergirme me resulta tan fascinante cuando tengo como volver a la superficie.

Es tan peligroso que mi mente de rumbos, 
Se aleje de su lugar de salida,
Que navegue y que en algún punto 
se olvide de lo pequeño y lo grande, que ya no extrañe, que ya no recuerde...

Lejanía


Estoy en un tipo de cuarentena particular, apartada de todos aunque estén tan cerca de mi. Hasta a veces, me siento apartada de mi propia mente. La siento tan apartada de mi, quisiera llegar a esos lugares tan oscuros y solitarios a los que nadie podría alguna vez llegar.